No quiero hablar del dolor, la tristeza, el asco y la ira que a todos nos ha embargado en los últimos días. He pensado mucho en escribir un post al respecto, pero he decidido que no quiero. Sé que es una bobada, pero en cierto modo pienso que eso sería dejar que el miedo y el odio me ganase la batalla, así que, sin ánimo de resultar superficial, he decidido hablaros de mi puente desde la óptica más alegre que pueda.
Y es que el día 11 es fiesta en Francia (el armisticio de la I GM), así que decidimos coger un par de días y montarnos un super puente.
La idea inicial era visitar Arcachon, Burdeos y Saint Emilion, pero A. insistió en pasar una noche en San Sebastián (tenía mono de España), así que decidimos ir allí antes de ir a Burdeos. Esa noche se convirtió en dos y luego pensamos en hacer una paradita en Hondarribia...vamos, resumiendo, que al final pasamos nuestro puente en España.
Y la verdad es que no me quejo, lo hemos pasado fenomenal: hemos descansado, dormido, paseado, comido (madre mía cómo hemos comido!)...todo fue estupendo hasta el viernes por la noche.
Debía hacer unos tres años que no pisaba la playa, así que, aunque llevaba botas, fue un placer llegar a la Concha.
O ver las olas batir la ria.