Pero bueno, aprobecho la coyuntura para hacer un artesanos por el mundo, esta vez de Venezuela.
Obviamente, collares de semillas y otros productos varios había en todos los pueblos y ciudades, pero como no me fio de que de verdad fueran artesanales y, además, no tengo fotos, sólo voy a hablaros de:
TALLAS Y CESTERÍA DE LOS INDIOS WARAOS
El caso es que despues de unos dias en la playa, de visitar Mérida y los Andes y la catarata más alta del mundo, fuimos al delta del rio Orinoco, donde habitan los warao.
No pretendo hacer una entrada sobre mi viaje, pero no me resisto a poneros unas fotillos:
Viven en palafitos, es decir, un suelo de madera ligeramente elevado para evitar que se sumerja cuando crece la marea y una techumbre sobre cuatro vigas que les protege de las tormentas tropicales. Eso es todo. Os pongo unas fotos, para que os hagais a la idea.
La verdad es que me impresionó bastante, como podeis ver, apenas tienen nada. El cabeza de familia trabajaba en un pueblo cercano (al que hay que ir en canoa), y esta familia en concreto se sacaba un dinero extra vendiendo artesania a los turistas que les visitamos.
La visita me pareció un poco rara, como ir a ver un "museo" en el que lo que se exibe es gente real, pero supongo que a ellos les viene genial que el guia amigo suyo les lleve algún turista que otro. Desde luego, ellos ni se inmutaron, estaban más que acostumbrados a esas "visitas". Como veis, en seguida sacaron las piezas que tenian para vender:
Un tucán y un armadillo tallados en madera de balsa:
Están muy bien hechos, muy suaves. Me encantaría que pudieseis cogerlos para que vieseis su ligereza. Pensé en pintarlos, pero al final decidí dejarlos al natural.
Y una cesta que usamos como frutero:
Bueno, y, ya de paso, aprovecho a presentarme.
Alguien me dijo hace tiempo que no había puesto nunca una foto mia, y Vero se sorprendió de que llevase gafas...Me da mucha vergüenza enseñar fotos, no os acostumbreis, pero esta me encanta, salgo con una de las mascotas de la familia:
!Siiiiiii!, un armadillo!!!!, qué cucada, tenía unas ganas tremendas de ver uno. Son más pequeñitos de lo que esperaba, y tienen la barriga suave. Como este estaba "domesticado", no se hacía bola aunque lo cogieses.
Y la de detrás soy yo. Os diría que las pintas se deben a que hacia calor y humedad, estaba cansada, habíamos estado andando por la selva y me acababa de comer un gusano como castigo por no haber pescado nada, pero no lo haré, en realidad hasta peinarme me supone un gran esfuerzo, así que no es que habitualmente vaya mucho más guapa...
Y con esto os dejo tranquilos, que la entrada de hoy es laaaaarga y no sé si os interesan los viajes. Espero que os haya gustado!