jueves, 7 de mayo de 2015

Síndrome del emigrante

Llevo ya un año y un mes en Toulouse.

!Qué rápido ha pasado!, no me lo puedo creer.

Estoy ya adaptada, la ciudad me gusta y me siento como en casa.

Salvo cuando volvemos a España. Entonces me doy cuenta de que, en el fondo, no es 100% mi casa.

Me doy cuenta de que echo mucho de menos a la familia y los amigos.

Me doy cuenta de que Guadalajara, que siempre me había parecido aburrida, puede ser muy chula.

Mercadillo medieval por el Día del Libro

Me doy cuenta de que empiezo a mirar Madrid con los ojos de un turista. Qué raro es eso.


Calles por las que has pasado mil veces y nunca te has fijado
Me doy cuenta de que lo de "echar de menos el jamón", que siempre me había parecido ridículo, es más que un tópico.

Cómo me encanta que el señor del bar me conozca, sepa lo que quiero y me pregunte por mi vida.
Me doy cuenta de que me conozco el aeropuerto como la palma de mi mano

¿Os acordáis cuando coger un avión os hacía ilusión? ahora sólo me da pereza
Me doy cuenta de que mi casa, casa, la de verdad de la buena, siempre será mi pueblín.



1 comentario:

pepa dijo...

una es de donde vive ,pero claro que te faltan esas cosas que cuando estas, parecen tan normales y un buen bocadillo de jamon del bueno no es ninguna tonteria, bessss y feliz finde