domingo, 11 de octubre de 2015

Etiopía III


Espero que el útimo post os gustase, no estoy acostumbrada a escribir sobre viajes, así que, si pensáis que hay mucha información o demasiada poca, comentádmelo!. Hoy sigo con nuestra ruta por la Etiopía histórica y dejaré el sur del país para un último post.

LALIBELLA.

Sin duda, es la ciudad, o más bien el pueblo, más impresionante de Etiopía ya que alberga más de una docena de iglesias talladas en la roca. De verdad que son un espectáculo, no importa si has visto  otros monumentos tallados en roca, como Petra por ejemplo, esto no tiene nada que ver.

Se trata de una montaña, a 2.600 metros de altura, donde, en el siglo XII, el rey Lalibella  decidió construir un lugar de peregrinación alternativo a Jerusalen para ahorrarle a los cristianos el peligroso periplo hasta allí. En realidad hay iglesias aún más antiguas y algunas que son poco más que una cueva, pero otras son realmente impresionantes.

Así que el rey puso a sus súbditos a picar en el suelo. El resultado fue un primer grupo de 9 iglesias que en teoría se construyó en unos 23 años, un segundo grupo de 5 construidas en 10 años y una última aislada de las demás. Obviamente los etíopes del s. XII eran bastante más eficientes que las constructoras actuales, y, además, contaron con ayuda divina, ya que los ángeles bajaban por a noche a echar una mano, pero mi suegro, que es ingeniero de caminos y las ha visitado, aún no da crédito a que pudiesen cortar esa roca con tanta precisión sin una hoja de diamante. Realmente, son impresionantes (a pesar de los tejaditos que la Unesco les ha puesto para protegerlas de las inclemencias de tiempo)

Además de las iglesias, hay una multitud de celdas (agujeros minúsculos) donde vivían los monjes y las monjas antes (aunque alguna sigue habitada), así como puertas y pasillos que unen las diferentes iglesias, también tallados:




Al grupo Sur accedimos por el "infierno" un túnel larguísimo, bajito y totalmente oscuro que recorrimos doblados por la cintura y de la mano de nuestro guía para acabar emergiendo en el Jerusalen celestial. A lo mejor el túnel no es tan largo, pero en ese momento se me hizo eterno.

Este grupo es el más antiguo y ha sufrido peor el paso del tiempo, con un derrumbe incluido, pero aún así hay algunas iglesias muy majestuosas.

Como Bet Emanuel, la única totalmente monolítica de este grupo y que era la iglesia privada de la familia real.

Recordad, nada está construido, todo está picado en la roca madre

Por dentro igual, imaginaos vaciar todo a base de cincel y martillo.
O Bet Abba Libanos, que se supone que fue construida en una sola noche por la esposa del rey Lalibella y un grupo de ángeles.

Esta está unida a la roca por el techo, pero se puede rodear entera, aunque esa parte se usa como almacén  y estaba hecha unos zorros.
Las mujeres sentadas delante de la iglesia eran monjas que estaban limpiando el trigo con el que preparan las Ostias para la comunión mientras el sacerdote les leía la Biblia en voz alta.

El grupo Norte me impresionó aún más.

Nada más entrar te encuentras una iglesia que te deja con la boca abierta: Bet Medhane Alem. de casi 12 metros de altura y 800 m2.


Además, llegamos justo a la hora de salida de misa, y fue impresionante ver la marea blanca. Como era uno de los 250 días de ayuno que tienen al año, no habían probado bocado hasta ese momento y la gente lleva comida para compartir. No hay que olvidar que estas iglesias son atracciones turísticas, pero, sobre todo, son centros de culto muy activos, lo que hace la experiencia mucho más intensa.


Creo que mi preferida fue Bet Maryam, Su interior está muy decorado e incluye una columna con los Diez Mandamientos escritos en Geez (la ántigua lengua del imperio, que sigue usándose en los cultos) y griego, pero que siempre está cubierta con una tela, así que te quedas con las ganas de verla. 

La famosa columna...siempre me han atraído las cosas vetadas

Rezando y cantando en Bet Maryam.

Sólo hay una iglesia en la que las mujeres no pueden entrar, Bet Golgota, pero A. hizo fotos, sobre todo de las esculturas de los apóstoles que la adornan:


Algunos popes adoran posar para las fotos.
Por último, aislada de estos dos grupos de iglesias, se encuentra Bet Giyorgis: San Jorge. Si habéis visto alguna foto de Lalibella, sin duda, será esta.


Y es que es el plato fuerte de todas las iglesias, con su planta en cruz y todos sus detalles.


Después de esto hay que reconocer que Axum, nuestra siguiente parada, no nos impresionó tanto.

CURIOSIDAD: veníamos de Gondar y el antiguo nombre de Lalibella es Roha...¿os suena de algo?. Si, Tolkien se inspiró en Etiopia para crear su mundo imaginario del Señor de los Anillos.

AXUM:

Fuimos con el tiempo un poco justo, así que no pudimos visitar las iglesias de Tigray, que precisan contratar una excursión, a ser posible, de varios días y nos tuvimos que conformar con visitar la ciudad y hacer una pequeña excursión que nos gustó a pesar de no salir como habíamos previsto.

Axum era la capital del Impero Axumita, que data del siglo III A.C. y del que no se sabe mucho, salvo que construían estelas. La mayoría pequeñas, pero algunas de ellas enormes y todas de una sola pieza. 

Actualmente existen tres principales: la más grande (33 m) está en el suelo, rota en pedazos y parece que no aguantó mucho tiempo en pie.


La segunda mas alta estuvo en Italia y sólo fue devuelta en 2005. Para llevarla a Roma los italianos la cortaron en 3 trozos, pero originalmente era un solo bloque de 24,6 m. A su lado, y sujeta por unos cables, esta la Estela del Rey Ezana, la tercera mas grande, de 23 metros.

Se cree que la estela del Rey Ezana siempre estuvo torcida, no se trata de un fallo de cimientos 

Además se pueden visitar diversas tumbas, un museo y otros vestigios, pero no nos resultaron especialmente interesantes.

La otra visita obligatoria en Aksum es la Catedral de Nuestra Señora de Sion. La original fue destruida en el s. XVI, durante las invasiones árabes. Hoy hay dos iglesias, una del s. XVII y otra de los años 60, enorme y ostentosa, construida por Haile Selassie. No son nada bonitas, la verdad, pero son  imprescindibles porque en una ermita a su lado se custodia el !!!Arca de la Alianza!!!!. NO, no la vais a ver, si me apuras ni la ermita, no dejan acercarse mucho y nosotros no pudimos ni hacer una foto, pero ir, lo que se dice ir, hay que ir!!!!

La foto no es muy buena, pero se aprecia la talla de la nueva iglesia.
Como os he dicho, no tuvimos tiempo de ir hasta Tigray a visitar las iglesias de la zona, pero si hicimos una pequeña excursión hasta el Monasterio de Debre Damo. O casi.

Contratamos la excursión en el Africa Hotel y la verdad es que aunque el conductor no era muy hablador, cumplió perfectamente lo pactado, hicimos una parada rápida en Adua, donde los etíopes batieron a los italianos en una batalla en la que nadie apostaba por ellos, pasamos por Yeha, para visitar las ruinas pre-axumitas (aunque el templo estaba lleno de andamios) y enfilamos hacia Debre Damo.

El paisaje durante todo el viaje fue precioso, ya os he dicho que Tolkien se inspiró en Etiopía, y viendo sus montañas, no me sorprende. Y por fin llegamos.

Debre Damo es un monasterio del s. VI, se sitúa a unos kilómetros de Eritrea, comprende la Iglesia original mas antigua de Etiopía y una gran colección de libros religiosos. Las mujeres no están autorizadas a entrar, pero aún así decidimos ir para que al menos A. pudiese verlo. Aunque no teníamos claro que eso llegase a producirse.

Para llegar al monasterio hay que subir una colina por unos escalones cuidadosamente tallados:


Pero eso no es todo, ya que los últimos 15 metros no son en cuesta, si no totalmente verticales.


Como veis, sólo hay unas correas de cuero para ayudarte a subir, ya sea trepando tú sólo o con ayuda de los monjes, que te atan una cuerda a la cintura y tiran de ti desde arriba. En cualquier caso, no es un paseito. Y luego hay que bajar!

El caso es que ya íbamos con dudas, pero cuando A. vio la pared dijo "yo por ahí no subo". Y no subió. A mi me gusta pensar que yo si hubiese subido, si las mujeres lo tuvieran permitido, pero, seamos sinceros, es más fácil decirlo que hacerlo.

Pasamos un rato disfrutando de las vistas, charlando con los feligreses que se acercan a rezar pero tampoco se atreven a subir y observando a los más osados. Viéndoles subir y bajar parecía algo fácil. Fue uno de los momentos más agridulces del viaje, sobre todo para Alex, porque estar ante algo que quieres sabiendo que no puedes no es fácil. 

Unos chavales se ofrecieron a intentar ayudarle y le mostraron un vídeo en el que dos de ellos subían casi en volandas a un turista gordote, los monjes tirando de la cuerda atada a su cintura, un chaval tirando de él y otro empujándole del culo mientras se agarraban a las correas de cuero. El turista llegó arriba, pero a cambio de dar un espectáculo lamentable, y no estábamos por la labor de hacer algo tan humillante para todos, así que decidimos acabar ahí nuestra visita,


Por supuesto, en el viaje de vuelta A. me dijo varias veces que tenía que haber subido, que se arrepentía, pero basta estar a los pies de esa pared para cambiar de idea.

Y con esto se acabó nuestra ruta por las ciudades históricas de Etiopía, en el próximo post os hablaré de la última parte de nuestro viaje: el sur de Etiopía, concretamente South Omo, donde visitamos varias tribus en lo que fue una experiencia con ciertos claro-oscuros.











3 comentarios:

Saruski dijo...

guauuuu!! Menudo viaje!!! Que envidia!!!

Ursulinska dijo...

Vaya tela con lo que las mujeres no puedan acceder a los sitios...me da muchísima rabia!! :((

Hele dijo...

Bueno Ursulinska, en algunos casos lo entiendo (como algunos monasterios sólo masculino, que vienen a ser nuestros monjes /monjas de clausura), y también hay Monasterios cerrados a los visitantes independientemente de su género, pero en la Iglesia de Lalibella no lo entendí, la verdad, estaba "dentro" de otra a la que si pude entrar y aunque la frecuentase una orden masculina en absoluto están aislados, así que no tiene ningún sentido.